Un vergel de campos color esmeralda, bañado por el Atlántico y bendecido por una calma que parece de otro mundo. Este archipiélago portugués roza la perfección. Más sobre: Si eres de los que se duermen nada más despega el avión, programa una alarma para abrir los ojos diez minutos antes de aterrizar, pues la experiencia comienza en las alturas. São Miguel ( Potugal ) desde la ventanilla es un inmenso lienzo verde con rugosas pinceladas negras que merece la pena contemplar. La isla principal del archipiélago portugués -que salpica el Atlántico a medio camino entre Europa y America - protagoniza una estampa tan perfecta que hasta los más escépticos empezarán a creer en la existencia de algún tipo de divinidad. São Miguel, la isla de las vacas© iStock Una naturaleza exuberante a rabiar -con una amalgama de plantas que guarda la esencia de cada continente del mundo -, impresionantes costas con acantilados y playas de arena negra, el contraste del calor de las aguas termales con el frescor del océano y coquetas ciudades talladas en basalto como Ponta Delgada, la capital del archipiélago. Las Azores tienen esa atmósfera especial de las ínsulas, ese atractivo que hace irresistible a las tierras volcánicas, esa dualidad entre el calor de la Tierra y la serenidad del mar que te hace cuestionar todo y entenderlo a la vez. Esa es la esencia de las nueve islas que componen ese pequeño paraíso. Destilan armonía de norte a sur, derrochan belleza de este a oeste, empezando por Santa María, São Miguel, Terceira y Graciosa, pasando por São Jorge, Pico y Faial, y acabando en Flores y Corvo. Eso sí, el caótico clima de estas islas será el encargado de ponerte los pies sobre la tierra de vez en cuando: imprescindible que tu maleta cuente tanto con un impermeable como con un traje de baño, pues, como dicen los azorianos, en un sólo día puedes vivir las cuatro estaciones del año. A su favor diremos
Un vergel de campos color esmeralda, bañado por el Atlántico y bendecido por una calma que parece de otro mundo. Este archipiélago portugués roza la perfección. Más sobre: Si eres de los que se duermen nada más despega el avión, programa una alarma para abrir los ojos diez minutos antes de aterrizar, pues la experiencia comienza en las alturas. São Miguel ( Potugal ) desde la ventanilla es un inmenso lienzo verde con rugosas pinceladas negras que merece la pena contemplar. La isla principal del archipiélago portugués -que salpica el Atlántico a medio camino entre Europa y America – protagoniza una estampa tan perfecta que hasta los más escépticos empezarán a